
Entender los activos subyacentes es clave para comprender los derivados financieros. En este artículo se explican la definición, los tipos y algunos ejemplos de activos subyacentes, ofreciendo una panorámica completa de este pilar fundamental de las finanzas.
Antes de abordar los activos subyacentes, conviene saber qué son los derivados. Un derivado es un instrumento financiero cuyo valor depende de la evolución de un activo subyacente, un índice o una entidad. Entre los derivados más habituales se encuentran las opciones, los futuros, los forwards y los swaps. Se utilizan para operar, especular, cubrir riesgos y descubrir precios, aunque también pueden implicar riesgos como la complejidad y el apalancamiento.
Un activo subyacente es el fundamento de un contrato de derivados. Es el activo cuyo valor determina el valor del derivado. Las fluctuaciones de precio del activo subyacente afectan de forma directa al valor del derivado. Los dos derivados principales son las opciones y los contratos de futuros.
Las opciones conceden al comprador el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo a un precio concreto dentro de un plazo determinado. Los contratos de futuros, en cambio, obligan a comprar o vender el activo especificado a un precio pactado en una fecha futura.
Existe una gran variedad de activos que pueden actuar como subyacentes de derivados. Los más frecuentes son:
Incluso factores poco convencionales como las condiciones meteorológicas se han empleado como activos subyacentes de derivados, especialmente en sectores expuestos a la variabilidad climática.
Para ilustrar el concepto, tomemos Bitcoin como activo subyacente. Un titular de Bitcoin podría adquirir una opción put para vender 10 BTC a un precio determinado en un plazo concreto, pagando una prima. Esta opción proporciona cobertura frente a una posible caída de precio, permitiendo al titular vender al precio pactado si Bitcoin baja por debajo del importe establecido durante el periodo del contrato.
No todo puede considerarse activo subyacente. Para ser apto, un activo debe ser compatible con los mecanismos de mercado. Bienes personales, activos intangibles como patentes y marcas, y productos perecederos no suelen ser adecuados como subyacentes por las dificultades para negociarlos y valorar su precio de forma eficiente.
Comprender los activos subyacentes resulta imprescindible para entender la complejidad de los derivados financieros. Desde los activos tradicionales como acciones y bonos, hasta los digitales como las criptomonedas, los activos subyacentes son la base de los contratos de derivados. Conforme evoluciona el sector financiero, crece la variedad de activos subyacentes, abriendo nuevas oportunidades y desafíos en el mundo de los derivados.
Un activo subyacente es un activo financiero real que determina el valor de un derivado. Puede ser una acción, un bono, una materia prima o una divisa.
Un ejemplo de subyacente es una acción en la operativa con opciones. También pueden ser materias primas, divisas o índices en contratos de futuros.
No, no posees directamente los activos subyacentes. Posees participaciones en el fondo que los mantiene.
El subyacente es el activo o valor vinculado a un instrumento financiero. Es lo que se entrega al ejecutar un contrato o warrant, tanto en renta variable como en derivados.











