Jugar con contratos con poco capital, nueve de cada diez veces es regalar el dinero. Pero el año pasado vi un caso real que cambió mucho mi forma de pensar.

Un alumno de mi amigo, el viejo Zhang, apodado Ayu en la red, empezó solo con 580 USDT. La primera vez que abrió una posición estaba tan nervioso que tuvo que hacer clic tres veces con el ratón para confirmar. ¿El resultado? En tres meses el saldo de su cuenta subió directamente a 21.000 USDT. No añadió más fondos, nunca fue liquidado, y multiplicó su capital por 36 de forma constante y segura.

Muchos piensan que fue pura suerte. Te lo digo: la suerte aquí no vale nada. El viejo Zhang lleva ocho años en este mundo, y lo que más repite es: “Con poco capital, hay que ir más despacio”. Al reducir el ritmo, la disciplina es tu única arma.

**Primero, cómo Ayu repartía su dinero—Zhang le obligó a practicar este método durante un mes entero.**

La primera parte, 180 USDT, dedicada a “operaciones relámpago”. Solo tocaba dos criptomonedas principales, ignorando todas las altcoins. ¿Objetivo de ganancia? Entre el 3% y el 5%, y se retiraba, nunca mantenía posiciones durante la noche. Puede parecer poco, pero el mercado nocturno es la tumba de los minoristas: la avaricia y el pánico estallan a las dos de la madrugada.

La segunda parte, 200 USDT, para swing trading. No entraba solo porque veía una vela, sino que esperaba una “resonancia de varios marcos temporales”, por ejemplo, que en el gráfico de 4 horas y el de 1 hora hubiera una tendencia alcista simultánea. ¿Conseguía un 12% de ganancia? Retiraba primero el 60% del beneficio, y el resto lo dejaba con un stop dinámico, dejando correr las ganancias. Nunca cierres la posición antes de tiempo por impaciencia.

La tercera parte, 200 USDT, era “el dinero de emergencia”. Por muy loco que se pusiera el mercado, ese dinero no se tocaba. Aunque alguien le dijera “esta moneda se va a multiplicar por cien”, debía resistir la tentación.