Parece que Bruselas aún no ha terminado con Google. La Comisión Europea acaba de iniciar otra investigación antimonopolio—esta vez centrada en sus operaciones de IA.

Esto se está poniendo interesante. Hemos visto a los reguladores ir tras las grandes tecnológicas por el dominio en búsquedas, prácticas publicitarias y políticas de tiendas de aplicaciones. Ahora están poniendo el foco en la inteligencia artificial. Hace preguntarse qué prácticas concretas de IA han llamado su atención.

Para quienes siguen las tendencias regulatorias en tecnología, esto importa más allá de Google. La forma en que las autoridades aborden las preocupaciones sobre monopolio en IA podría sentar precedentes para toda la industria—incluyendo cómo se tratarán en el futuro los proyectos de IA descentralizada y la infraestructura Web3.

El momento también es significativo. A medida que la IA se convierte en la columna vertebral de todo, desde algoritmos de búsqueda hasta análisis de datos, los reguladores claramente no están esperando a ver qué ocurre. Se están adelantando.

Cualquiera que siga la intersección entre la regulación de la IA y la innovación tecnológica debería prestar atención a este caso. Lo que ocurre en Bruselas rara vez se queda en Bruselas.