La verdad, he conseguido convertir unos pocos miles en una cifra de seis dígitos.

Mucha gente me pregunta cómo empezar con poco capital. No voy a soltar grandes teorías, solo te cuento lo que yo hice.

En aquel momento, solo me quedaban 7.000 yuanes en la cuenta. Me armé de valor y los cambié todos por 1.000 USDT. Pero no me volví loco: primero saqué la mitad para probar suerte. Me fijaba en las monedas con mayor volumen de transacciones del día, vendía cuando doblaba, y si bajaba de 300 USDT, cortaba pérdidas de inmediato. Así, tras varias operaciones, el capital fue creciendo poco a poco.

Lo más duro no es perder dinero, sino esa sensación de euforia después de ganar. Cada vez que la cuenta subía a más de 1.000 USDT, me obligaba a cerrar la app, salir a dar una vuelta y calmarme un día. Si no, en un arrebato, acababa devolviendo todo lo ganado.

Cuando ya tenía más fondos, dividí el dinero en tres partes:
Una para operar a corto plazo, recogiendo beneficios rápido, sin dudar;
Otra para invertir siguiendo la tendencia a largo plazo, ejecutando el plan sin importar si sube o baja;
Y la última para reservar, esperando a que surja una oportunidad de verdad antes de usarla.

Tengo una costumbre: antes de abrir cualquier operación apunto en el móvil los niveles de take profit y stop loss. Los que operan a lo loco, por intuición, nueve de cada diez acaban perdiendo por culpa de sus emociones. Los contratos son solo un amplificador: si aciertas, duplicas; si fallas, pierdes todavía más rápido.

Estos años me fijé cuatro reglas y no he roto ni una:
Nunca operar con todo el capital;
Cada operación debe tener stop loss;
Como máximo tres operaciones al día;
Y siempre retiro una parte cuando hay ganancias.

He visto a demasiada gente ganar dinero por suerte y perderlo todo por avaricia. Yo he pasado de 1.000 USDT a donde estoy ahora fiándome de una sola cosa: ser decisivo con el mercado y estricto conmigo mismo. Las monedas cambian cada día, pero la disciplina nunca se puede perder.