La última encuesta publicada por la Reserva Federal de Nueva York el 9 de diciembre tiene su miga: las familias estadounidenses ahora sienten su bolsillo más apretado.

Los datos de noviembre muestran que la valoración de la situación financiera actual ha bajado notablemente, y las expectativas para dentro de un año tampoco son demasiado optimistas. Sin embargo, hay buenas noticias en el ámbito laboral: menos gente teme perder su empleo, también ha disminuido la voluntad de cambiar de trabajo por iniciativa propia, y la probabilidad de quedarse en paro ha caído al nivel más bajo desde diciembre del año pasado. Parece que la gente prefiere aferrarse a su puesto en lugar de arriesgarse.

En cuanto a las expectativas de inflación, en general se mantienen estables. A corto plazo—un año—la expectativa de inflación se mantiene en el 3,2%, y a tres y cinco años sigue en el 3%. Se espera que los precios de la vivienda suban un 3%. Pero hay una cifra que llama mucho la atención: la previsión de aumento de los costes médicos a un año se dispara al 10,1%, el nivel más alto desde enero de 2014. El encarecimiento de la sanidad es algo que los estadounidenses están notando de verdad.

No ha habido grandes cambios en las expectativas sobre el precio de otros bienes. Las previsiones de crecimiento de ingresos y salarios siguen siendo positivas, lo que ayuda a amortiguar el sentimiento pesimista.

La señal que transmite este informe es clara: la gente común no es tan optimista sobre el presente, pero aún mantiene cierta confianza en la inflación y el mercado laboral a largo plazo. Para el mercado cripto, esta divergencia en las expectativas puede influir en la asignación de activos de riesgo: cautela a corto plazo, posicionamiento a largo plazo.