Mirando atrás estos años, parece que las claves para la riqueza siempre han estado ocultas en los puntos de inflexión de cada época.

En 2008, quien supo entender la lógica de la urbanización detrás del boom inmobiliario básicamente ya se subió al carro. En 2012, cuando el internet móvil apenas despegaba, las acciones de BAT no se peleaban; ¿y ahora? Todos los que entraron temprano están sonriendo. En 2014, ETH apenas valía unos pocos euros, y muchos pensaban que los contratos inteligentes eran ciencia ficción; al final, el ecosistema de las cadenas públicas cambió por completo la forma de jugar en blockchain.

Ahora, esta ola de la IA está transformando a simple vista todos los sectores. Dentro del círculo de Web3, ya hay quienes están combinando la IA con aplicaciones on-chain: entrenamiento de datos descentralizado, ejecución automática de contratos inteligentes, agentes de IA en la cadena... Estos conceptos suenan a ciencia ficción, pero la implementación tecnológica avanza más rápido de lo que imaginamos.

No pasa nada si te perdiste las olas anteriores; al fin y al cabo, entonces existía una brecha informativa. Pero en esta ventana de oportunidad de IA+Web3, al menos todos estamos en la misma línea de salida. Si te atreves o no a coger la pelota que te lanza esta era, eso ya depende de ti.