Dos gigantes con la misma valoración de 1.5 billones de dólares, sin embargo, el sentimiento del inversor cuenta una historia muy diferente. SpaceX y Tesla — ambos dirigidos por la misma figura visionaria — han alcanzado capitalizaciones de mercado idénticas, pero aquí está el giro: uno claramente domina la confianza de los inversores.

Tesla ha sido la favorita del público durante años, con dinero minorista e institucional invirtiendo a pesar de la volatilidad. Mientras tanto, SpaceX, aunque igualmente valorada en papel, opera en una arena completamente diferente — aeroespacial, redes satelitales y ambiciones interplanetarias. La cosa es, la accesibilidad importa. Tesla cotiza en bolsa; SpaceX sigue siendo privada, lo que naturalmente sesga cómo fluye el capital.

Pero más allá de la estructura, se trata de la narrativa. Los mercados de vehículos eléctricos son tangibles, relatables. Cohetes y colonización de Marte? Eso es territorio de apuestas a largo plazo. Los inversores están votando con sus billeteras, y la diferencia en entusiasmo es enorme. Mismo valor, apetito de inversor completamente diferente. Vale la pena observar cómo cambiará esta dinámica si alguna vez SpaceX sale a bolsa.